Con Un Amanecer

¿Cuál es el ingrediente secreto de las historias?

Seré directa: el ingrediente secreto para una buena historia son sus personajes. Incluso si se tiene uno solo, es posible crear una narración extraordinaria.
El ambiente está bien. Tener una buena estructura está bien. Y por supuesto, tener un buen vocabulario está más que bien. Pero no importa mucho todo ello si los personajes son planos, sin carácter ni personalidad.

¿Por qué la literatura juvenil no complace del todo a muchos aficionados a la lectura? Porque el modelo de los protagonistas parece ser ya establecido: buen físico, curiosos (que les hace ser un imán a los problemas), algo tímidos... Puede complacer a un lector que comienza a dar sus primeros pasos por la lectura voluntaria, por placer, pero para los lectores aficionados la cosa se tuerce. Todos hemos leído en nuestra carrera como amantes de letras algún que otro libro como este, pero hemos ido avanzando. Pedimos más. Somos más exigentes. Conocemos ya demasiados estilos y queremos algo nuevo.

Las leyendas heroicas se crean  por personajes poco ortodoxos que hacen caso omiso a los avisos de los demás. El Cid, por ejemplo. Y gracias a haber hecho oídos sordos a sus advertencias, llegaron a conseguir lo que querían a su manera, de un medio u otro.

Hay escritores que dicen que no inventamos nada, sino que la reinventamos. Que todo ya está escrito y solo aparecen nuevas formas de contar lo ya creado. Yo soy de las que opinan así; las historias ya están contadas, pero lo que diferencia unas de otras son sus personajes. Quizá el modelo esté escrito, pero son las acciones de los personajes lo que hace que algo sea nuevo, mezclando incluso modelos al elegir hacer una cosa y no otra.


Por ello, y si me has comprendido bien, quiero que seas tú uno de esos personajes tan poco ortodoxos que no hacen caso a los demás. Quiero que cambies el modelo de vida (nacer - estudiar - trabajar - casarse - tener hijos - morir) y que hagas que ese modelo se mezcle con el de las leyendas de héroes hasta no reconocer qué hay de verdad o no en tu historia. Haz de tu vida una leyenda. Hazte un hueco en el mundo.